martes, 20 de abril de 2010

Atacama

Al igual que los Diaguitas, los Capayanes pertenecían al grupo que hablaba la lengua "cacana" o una derivación de ésta. estableciéndose al sur de éstos y al norte de los Huarpes. Se asentaron en: parte de las provincias de La Rioja, Catamarca, San Juan, La Cordillera de los Andes. En los fértiles valles de Famatina, Sanagasta y Yacampis, desenvolvieron su vida cotidiana, muchas veces, en franca convivencia con los Diaguitas.

ACTIVIDADES PRODUCTIVAS:
Eran hábiles artesanos e industriales en potencia. Conocían la técnica del hilado, tejían lana de guanaco y llama. Utilizaron mucho el cobre y poco el oro. Utilizaban la madera y el hueso para realizar otros utensilios Avezados agricultores y buenos entendedores de la irrigación artificial de sus sembradíos, con canales y acequias para humidificar la tierra árida. Los cultivos eran maíz, zapallo, quínoa. Su economía también se completaba con la cría de llamas y la recolección de frutos.

ASPECTO FISICO:
Eran de estatura mediana. Valientes y lucharon por sus derechos.
Vestían la camiseta andina, larga, de lana, con adornos geométricos. Arriba un poncho. Utilizaban alfileres para sujetar las prendas de vestir. Calzaban ojotas de cuero. Hachas, pectorales, arcos y otros eran sus adornos típicos.


VIVIENDA:
Solían levantar sus hogares bajo las copas de los árboles. Sus casas eran de adobe o de algún material perecedero. Se puede incluir dentro de la cultura Capayán la llamada "Tambería de Angualasto", conjunto habitacional formado por grandes casas rectangulares, edificadas con paredes de más de 1,50 m de ancho, y cuya entrada la constituía un corredor hacia fuera.

ARTESANÍAS
Se destacaron en su cerámica,principalmente en las urnas funerarias, decoradas geométricamente, casi siempre en negro, rojo y un tenue blanco. Los alfareros Capayanes hicieron urnas globulares, ollas, platos y pucos, se la denominó de "Angualasto", pobre en formas y colores.
Debe incluirse dentro de este grupo, también, la llamada cerámica estilo "San José", más evolucionada que la anterior, con dibujos de serpientes, caras amorfas, etc.
Hacia 1607, comienza la dominación española, la dispersión del pueblo y la formación de nuevos asentamientos en lugares más alejados.

• Costumbres: trabajaron la cerámica creando tinajas, pero sin duda su especialidad fueron las pipas de barro cuya cazoleta tenía forma de cabeza humana.
Encontramos vestigios de su lengua en terminaciones como bis, pis o china por ejemplo: Yacampis, Quilmebis, Guanchina, etc. Los Capayanes quedaron totalmente extinguidos a fines del siglo XVIII.

Atacama

La cultura atacama estaba constituida por un conjunto de comunidades instaladas en el extremo noroeste de la Argentina y extendiéndose a la región chilena del mismo nombre: la Puna, que ocupaba el oeste de Jujuy, Salta y el noroeste de Catamarca.
El conjunto cultural de la Puna, precisado como una verdadera unidad, fue lo que Bennet definió como Puna complex, con características adaptativas interesantes en un medio decididamente hostil. La lengua cunza o atacameña es diferente del quechua y del aymara, si bien ha recibido préstamos de ambos y también del araucano e, incluso, del español. Es de presumirse que todavía se hable en algún punto de nuestro territorio.
Los atacamas fueron cultivadores de maíz, papa y porotos; construyeron andenes de gran extensión y es poco probable que hayan tenido canales de irrigación.
Conservaban su alimento en grandes cantidades y como reflejote un sistema adaptativo muy elaborado quedan vestigios en el variado instrumental: hachas (para la extracción de sal), palos cavadores, cucharas, ollas, azadones, etcétera. Como sus hermanos de la región, también fueron pastores y en menor medida cazadores.
El patrón de asentamiento repite el modelo de diaguitas y omaguacas: por un lado el poblado (aunque en este caso con escasas viviendas) y por otro, el sitio defensivo.
Característica de la cultura atacama era la deformación craneana con fines aparentemente estéticos e inclusive las deformaciones dentarias. (Boman atestigua en un niño de siete años dos incisivos limados en vida.)
Las industrias destacadas son la alfarería (muy tosca), la metalurgia (escasa), la piedra (muy utilizada), la madera y el hueso.
Relaciones en el seno de la comunidad: Prácticamente nada sabemos acerca de la organización interna de la comunidad. Solo que es muy probable que la familia haya constituido el núcleo básico sobre el cual estaba la parcialidad, que a su vez quedaba a cargo de un cacique, en un esquema organizativo semejante al del resto de las culturas del Noroeste.
Relaciones con lo sobrenatural: En algunos poblados se han encontrado construcciones de dimensiones mucho mayor que las habitaciones, probablemente templos.
Son interesantes los hallazgos del Pucará de Rinconada, en donde fueron encontrados menhires de hasta dos metros de altura, y pequeños ídolos antropomorfos de piedra (¿amuletos?).
Es importante consignar asimismo el descubrimiento de tabletas para la absorción de alusinógenos, decoradas con figuras antropomorfas. Además de haber sido utilizada como elemento de ayuda en la adaptación del hombre a ese territorio inhóspito, es casi seguro que la practica de la absorción de alusinógenos estuviera vinculada con rituales de origen religioso.
La droga utilizada, el cebil o piptadenia, es de uso muy difundido en nuestro continente, desde el Caribe hasta el noroeste, en donde además de los atacamas la tenían incorporada los comechingones y los lules.
Los usos que se daban a esta droga eran múltiples, pero siempre encuadrados dentro de lo sagrado: los trances, las curas chamánicas, las ceremonias colectivas. En otras oportunidades y según las culturas, se la empleaba antes de las guerras para aumentar la capacidad combativa. Variedades de esta droga se conocen también entre los guaraníes y los matacos.
Como siempre, la funebria aporta elementos para la comprensión mas acabada de la cultura. Los atacamas enterraban a sus muertos en grutas naturales que eran completadas con “pircado”. El difunto era depositado con todas sus pertenencias (inclusive las tabletas de cebil).
Se practicaban seguramente sacrificios humanos. El ejemplo más claro al respecto es el hallazgo en Salinas Grandes en 1903. Se trata de un niño de alrededor 7 años, lujosamente vestido con adornos de oro y bronce. La muerte se produjo por estrangulamiento y la cuerda se encontró arrollada al pescuezo.
Relaciones con otras comunidades: La Puna, al igual que la quebrada de Humahuaca, fue un área de intenso tránsito producto del comercio pero al igual que en las dos culturas vistas precedentemente, la guerra fue el lazo de contacto con otros pueblos, si bien no alcanzó el desarrollo observado entre diaguitas y omaguacas.
Los atacamas, poseedores de numerosos rebaños de llamas, transportaban sal con fines de intercambio en las regiones aledañas. Recíprocamente este producto era cambiado por cerámicas del área diaguita y peruana así como también por nuestras ya conocidas valvas de moluscos del Pacífico a través de la Puna chilena. Indudablemente mantuvieron el contacto más cercano con los omaguacas. Soportaron además la penetración incaica y en su territorio fueron alocadas parcialidades “chichas” del área boliviana.

Omaguaca


Omaguaca
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Miembro del pueblo indígena que habitaba la actual zona de Tilcara y Humahuaca, en la provincia de Jujuy en la Argentina, coincidiendo principalmente con la Quebrada de Humahuaca. En el periodo prehispánico la región umawaca u omaguaca, comprendía la vasta zona de los afluentes y ríos de las cuencas de los ríos: Grande, Lavayen, San Francisco (Jujuy); Zenta, Iruya, Lipeo, Bermejo (Salta); río Tarija y Bermejo en el departamento de Tarija en Bolivia y coincidía con la denominada Cultura Humahuaca. Como la zona era de paso de caravanas y migraciones, recibieron todo tipo de influencias, incluyendo la del Imperio Inca que se asentó en sus ciudades. Por ello todo lo que ha llegado de ellos hasta nuestros días está fuertemente influenciado por la cultura de ese imperio.1
Los omaguacas o humahuacas integraban una confederación de etnias dedicadas a la agricultura (principalmente del maíz), con un gran desarrollo del tejido y la alfarería. Fundían metales como el bronce, con el que hacían armas y otros instrumentos. Construían andenes de cultivos a la manera incaica, ya que la región que habitaban era de suelo pedregoso.
Domesticaban las llamas. Sus viviendas, de forma cuadrangular, eran construidas con piedras y techadas con paja y barro.
Entre muchas otras, pertenecían a la confederación diversas parcialidades, como las de los humahuacas propiamente dichos, los uquías, los purmamarcas, los tilcaras, los tumbayas, los tilianes, los yalas, los yavis, los chuyes, los quilatas, los casabindos y los argamasas.
El sector norte de los omaguacas colindaba con la parcialidad atacameña de los lípes, al oeste también colindaban con los atacameños, el sector sur era un área de transición en la cual se encontraban parcialidades como las de los jujuyes, ocloyas y pulares que se incluían netamente en el conjunto diaguita, en este sentido los omaguacas han sido diferenciados parcialmente de los diaguitas por poseer una conjunción cultural (y genética) con poblaciones atacameñas e incluso arawak como la de los hoy llamados chané y quizás remotamente huárpida como la de los tomatas.
El más famoso de los jefes omaguacas, fue Viltipoco, cacique de Tilcara y Purmamarca, un valiente guerrero que hizo frente a los españoles.
Los yufis (y también los hutangeros) fueron grupos de chichas que se rebelaron contra el jefe de la tribu (tambuka) y fueron a vivir en las llanuras, lejos de su dominio. Los malones y las fieras diezmaron a estos grupos escindidos y acabaron con ellos.
A la llegada de los españoles, en la quebrada de Humahuaca se hallaban también algunos núcleos de mitimaes, parcialidades de los chichas de Bolivia tales como los churumatas, paypayas, y otros, que sirvieron como barrera de contención contra los chiriguanos. A su vez, esos grupos mitimaes sirvieron como vía de penetración de la lengua quechua.